Cómo adaptar tu rutina de cuidado de la piel a tu estilo de vida ocupado
En estos días son muchas las actividades que ocupan nuestras agendas. Entre ellas se encuentra la rutina de cuidado de la piel. Sin embargo, el ritmo de vida muchas veces nos lleva a posponerlo, aun sabiendo que no deberíamos hacerlo. ¡Sigue leyendo si quieres saber cómo adaptarla a tu estilo de vida para hacerla sostenible en el tiempo!
En los últimos años se ha popularizado el cuidado de la piel. Cada vez son más las personas que comprenden este tipo de autocuidado y se vuelcan a él. No obstante, también es cierto que mucha gente no puede sostener el hábito en el tiempo. Esto responde a que sus rutinas son demasiado complejas o bien a que no están adaptadas a sus respectivos ritmos de vida. Veamos cómo solucionarlo.
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El primer paso para tu rutina de cuidado de la piel: simplifícala
Cuando tenés una vida ocupada, es crucial simplificar tu rutina de cuidado de la piel. Este consejo en realidad aplica casi a cualquier ámbito de la vida. En lugar de tener una serie interminable de pasos y productos, céntrate en los fundamentos. ¿Cuáles son? Limpieza, hidratación y protección solar.
Un limpiador suave, una crema hidratante de calidad y un protector solar son elementos esenciales que no deben faltar en tu rutina diaria. Por supuesto, cada una de estas elecciones debe hacerse en función de las necesidades específicas de tu biotipo. Por ejemplo, si tu piel es grasa, debes elegir limpiadores, humectantes y protectores que no promuevan mayor producción de sebo.
Por el contrario, si tu piel es seca, entonces tienes que buscar cosméticos que te garanticen una buena humectación. Si no tienes en cuenta estos parámetros, es posible que tu piel reacciones con alergias, descamación o incluso manifestaciones de acné. En esta instancia, leer las etiquetas será fundamental.
Nuestro segundo consejo: elegí productos multifuncionales
Otra manera efectiva de ahorrar tiempo es optar por productos multifuncionales. ¿Qué significa esto? Que hay cosméticos que te ofrecen varias utilidades en sí mismo. Por ejemplo, hay cremas humectantes que también son protectores solares. Esto tiene un beneficio doble y es que, además de ahorrar tiempo, también ahorrarás dinero.
También puedes buscar bases de maquillaje que contengan ingredientes hidratantes y protección solar. La única precaución a tener en cuenta en este sentido es el limpiador. Este es un producto que sí o sí debe ser único y no reemplazarse por ningún otro. Esto, porque las fórmulas son diseñadas para no permanecer en la piel, todo lo contrario a lo que sucede con los humectantes o protectores.
El maquillaje también puede simplificarse
Si usas maquillaje, es recomendable simplificar tu rutina tanto como sea posible. En lugar de una base pesada, opta por una base ligera. Este producto te da la oportunidad de unificar el tono de tu piel mientras la humecta y nutre. Asimismo, utilizá productos en crema que puedas aplicar fácilmente con los dedos en lugar de pinceles o esponjas. Así te ahorrarás la limpieza posterior de los mismos.
Además, podés considerar enfocarte en resaltar un área en particular, como los ojos o los labios, en lugar de maquillar todo el rostro. Una rutina de maquillaje más simple te ahorrará tiempo y también será más suave para tu piel.
Programa tu rutina para crear el hábito
Incluir tu rutina de cuidado de la piel en tu horario diario es una excelente manera de asegurarte de que siempre tengas tiempo para ello. Del mismo modo en que te das tiempo para el gimnasio o para una reunión de trabajo, programa un momento específico en tu día, ya sea por la mañana o por la noche, y adhiérete a él.
Esto te ayudará a mantener la consistencia y evitar que el cuidado de la piel se convierta en una tarea opcional. La intención de programar la rutina de cuidado de la piel tiene que ver con que respetes el momento que has elegido y no lo pospongas, del mismo modo en que haces con tus otras actividades u obligaciones.
Aprovecha el momento de la ducha para el cuidado de tu piel
Hay un momento que todos tenemos a diario y que solemos no postergarlo: la ducha. Afortunadamente este es un espacio del día que podemos combinar con la rutina de cuidado de la piel, al menos con la limpieza.
Siempre que sea posible, aprovecha el tiempo que pasas en la ducha para cuidar tu piel. Utiliza un limpiador suave para lavar tu rostro y un exfoliante corporal para eliminar las células muertas de la piel. Además, después de la ducha, aplica una crema hidratante en todo el cuerpo. Esta estrategia te permite combinar múltiples pasos de cuidado de la piel en uno solo, ahorrándote tiempo y esfuerzo.
Lo ideal sería que apliques el limpiador una vez que ya terminaste el lavado de la cabeza y del cuerpo, cuando ya la piel de tu rostro no entrará en contacto con ningún otro producto. De lo contrario, volveremos a ensuciarlo.
Colocá tus productos de cuidado de la piel en lugares estratégicos
Colocar productos de cuidado de la piel en lugares estratégicos te recordará utilizarlos incluso cuando estés ocupado. Esto es, tenerlos lo más a mano posible o en el lugar en el que generalmente te dedicas a vos. Por ejemplo, la ducha o la mesa de luz.
Deja una crema hidratante en tu escritorio o en tu bolso para poder aplicarla durante el día. También puedes tener toallitas limpiadoras en tu mesita de noche para esos días agotadores en los que te resulta difícil lavarte la cara antes de acostarte. Al tener productos a mano, no tendrás excusas para descuidar tu piel.
Otra buena idea es llevar algún humectante y/o limpiador en tu bolso o mochila. Es posible que este consejo implique mayor gasto en términos económicos ya que quizás tengas que tener dos limpiadores o dos humectantes. Sin embargo, es una vía para que no tengas excusas a la hora de realizar tu rutina de cuidado de la piel.
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Recordá que tu rutina de cuidado de la piel debe ser un momento de disfrute
Si bien hablamos de una “rutina”, lo cierto es que no se supone que sea una rutina como la del trabajo. Se supone que sea una rutina para el disfrute, un momento de conexión con vos y con tu bienestar. Establecer un horario para realizarla ayuda a que sea sostenible en el tiempo, pero eso no quiere decir que debas hacerlo con la misma energía con la que encaras tus otras actividades rutinarias.
Conclusión
Aunque tengas un estilo de vida ocupado, no debes descuidar tu rutina de cuidado de la piel. Adoptar algunos cambios simples puede marcar una gran diferencia en la salud y apariencia de tu piel a largo plazo. Simplificá tu rutina, eligiendo productos multifuncionales y programando el tiempo. Recordá que incluso los pequeños gestos pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de tu piel.
Aquí culmina el artículo sobre “Cómo adaptar tu rutina de cuidado de la piel a tu estilo de vida ocupado”. Recordá que en Tienda de la Piel contamos con una amplia gama de productos para el cuidado de tu piel y, si necesitás asesoramiento, siempre podés contactarnos. ¡También podés dejarnos tu opinión sobre este tema en comentarios!