¿Querés una buena Rutina de Skincare pero no sabés por dónde empezar? ¡Te guiamos con estos tips!
Cuidar la piel no es solo una cuestión de estética, sino también de salud. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y está expuesta diariamente a contaminantes, estrés, cambios de temperatura y, claro, al paso del tiempo. Por eso, desarrollar una rutina de cuidado facial es fundamental para mantenerla en su mejor estado. Si no sabés por dónde empezar, no te preocupes, ¡acá te lo explicamos! Con estos tips, vas a poder armar una rutina de skincare efectiva y adaptada a tus necesidades, sin complicaciones.
1. Conocé tu tipo de piel
El primer paso para armar una buena rutina de skincare es entender tu tipo de piel. Cada piel es diferente, y los productos que usás deben estar alineados con las necesidades específicas de la tuya. Las categorías más comunes son:
- Piel normal: No es ni demasiado grasa ni demasiado seca. Tiene un equilibrio saludable y por lo general no presenta grandes problemas.
- Piel mixta: Una combinación de zonas secas y zonas grasas, generalmente con la famosa zona T (frente, nariz y mentón) más oleosa.
- Piel grasa: Produce más sebo del necesario, lo que genera un aspecto brillante y puede propiciar brotes de acné.
- Piel seca: Falta de humedad, lo que puede generar descamación o una sensación tirante.
- Piel sensible: Se irrita con facilidad ante ciertos productos o condiciones ambientales.
Saber qué tipo de piel tenés te ayudará a elegir los productos correctos y evitar reacciones o problemas innecesarios. Si no estás segura, te recomendamos consultar con un dermatólogo o hacer una prueba simple observando cómo responde tu piel a lo largo del día.
2. Limpiá tu piel dos veces al día
La limpieza es el pilar de cualquier rutina de skincare. Durante el día, la piel acumula suciedad, polvo, maquillaje y grasa que pueden obstruir los poros y generar imperfecciones. Por eso, es importante lavarla por la mañana para eliminar los aceites acumulados durante la noche, y por la noche para quitar las impurezas del día.
Para este paso, elegí un limpiador que se ajuste a tu tipo de piel. Si tu piel es seca o sensible, optá por un limpiador suave y sin fragancias irritantes. Si tu piel es grasa o con tendencia acneica, buscá un limpiador que ayude a controlar el sebo sin resecarla demasiado.
3. Hidratación: no te saltes este paso
Independientemente de tu tipo de piel, la hidratación es clave. Muchas personas con piel grasa creen que no necesitan hidratarla, pero esto es un error. Hasta la piel grasa necesita hidratación, solo que con productos más livianos, como geles o lociones oil-free. La piel seca, por su parte, se beneficiará de cremas más ricas y nutritivas.
Aplicá tu crema hidratante después de limpiar la piel, tanto en la mañana como en la noche. Una piel bien hidratada se ve más saludable, se siente más suave y es menos propensa a desarrollar arrugas prematuras.
4. No te olvides del protector solar, ¡todos los días!
El protector solar es uno de los pasos más importantes de cualquier rutina de cuidado de la piel. El daño solar es la principal causa de envejecimiento prematuro, manchas y otros problemas como el cáncer de piel. Por eso, aplicar un protector solar con al menos FPS 30 todos los días (incluso cuando está nublado) es esencial.
Si ya usás maquillaje, buscá una base o BB cream con protector solar para ahorrar pasos. O si preferís, aplicá el protector solar antes de maquillarte para asegurarte una capa de protección adecuada.
5. Tratamientos específicos: dale un plus a tu piel
A medida que te sientas más cómoda con tu rutina básica, podés incorporar productos específicos que ayuden a tratar problemas concretos, como manchas, líneas de expresión o acné. Sérums con vitamina C, ácido hialurónico o retinol son algunos de los más populares y efectivos.
Si te preocupa el envejecimiento prematuro, un combo antiage puede ser la solución. Estos productos suelen tener ingredientes activos que mejoran la elasticidad, reducen las arrugas y aportan firmeza a la piel.
6. Cuidá la zona del contorno de ojos
La piel alrededor de los ojos es más fina y delicada que en el resto del rostro, por lo que requiere un cuidado especial. Si notás ojeras, líneas finas o bolsas, es momento de incorporar una crema para el contorno de ojos en tu rutina. Aplicá con toquecitos suaves, evitando frotar la piel para no generar arrugas adicionales.
Armar una rutina de skincare desde cero no tiene que ser complicado. Conociendo tu tipo de piel y siguiendo estos pasos básicos – limpieza, hidratación, protección solar y algún tratamiento específico si lo necesitás – vas a poder cuidar tu piel de manera efectiva y mantenerla radiante a lo largo del tiempo. Recordá que la constancia es clave, y los resultados no se ven de un día para el otro, pero con el tiempo tu piel va a agradecer estos cuidados.
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