Después de un largo día, puede ser tentador irte a dormir sin hacer tu rutina de skincare.

Pero, ¿sabías que dormir con maquillaje puede obstruir los poros, provocar brotes y acelerar el envejecimiento?

En este blog te contamos por qué es tan crucial y cómo hacerlo de manera efectiva para que tu piel esté siempre en su mejor estado.

¿Por qué desmaquillarte cambia todo?

A lo largo del día, tu piel enfrenta múltiples agresores externos como la contaminación, el sudor y los residuos del maquillaje. Cuando te saltás este paso, todos esos elementos se acumulan en la superficie de tu piel, creando una barrera que bloquea la oxigenación y el proceso natural de regeneración celular de la piel. Esto no solo afecta la apariencia, generando poros dilatados, puntos negros y un tono apagado, sino que también puede desencadenar problemas más serios como brotes de acné e irritaciones.

Además, el maquillaje y las partículas que se adhieren a tu piel durante el día pueden actuar como imanes para los radicales libres, compuestos que dañan las células y aceleran los signos del envejecimiento, como líneas finas y manchas. Desmaquillarte correctamente es el primer paso para proteger tu piel y permitirle mantenerse joven y saludable por más tiempo.

Cómo desmaquillarte de manera efectiva

Un buen desmaquillado no es simplemente pasar un algodón con un producto limpiador. Es un proceso completo que asegura que tu piel quede completamente libre de residuos.

Comenzá por las áreas más sensibles: Los ojos suelen acumular productos más densos y resistentes, como máscaras de pestañas. Utilizá un desmaquillante específico, un producto ideal para estas áreas es Lidclean una espuma limpiadora que mientras desmaquilla párpados y pestañas brinda hidratación a las mismas.

Limpiá todo el rostro: Una vez que removiste el maquillaje de las áreas sensibles, pasá al resto del rostro. Hacé énfasis en la línea del cabello, la mandíbula y el cuello, que muchas veces quedan olvidados pero también acumulan impurezas.

No te olvides del limpiador: Aunque el desmaquillante remueva los restos de maquillaje, siempre es recomendable lavar tu rostro con un limpiador adecuado para tu tipo de piel. Esto asegura una limpieza profunda, prepara tu piel para los siguientes pasos de tu rutina y es una increíble manera de relajar tu piel antes de ir a dormir. 

Por ejemplo, podés optar por Lactibón, ideal para todo tipo de piel; Acleria, pensado especialmente para pieles oleosas; o Aquatop Limpiador, perfecto para pieles secas.

Secá y calmá tu piel: Secá tu rostro con una toalla limpia y suave, dando pequeños toques en lugar de frotar. Podés terminar aplicando un tónico o un hidratante para completar la rutina.

¿Qué pasa si no te desmaquillás?

No desmaquillarte una sola noche puede tener más impacto del que pensás. Durante la noche, la piel entra en su ciclo de regeneración, eliminando toxinas y reparando los daños sufridos durante el día. Si la piel está cubierta de maquillaje, este proceso se ve obstaculizado, lo que lleva a un envejecimiento prematuro y una textura desigual.

Además, la acumulación de maquillaje puede provocar obstrucción de poros, lo que facilita la aparición de puntos negros y espinillas. Incluso las pieles más resistentes pueden sufrir irritaciones y sensibilidad con el tiempo. Por eso, tomarte esos minutos para limpiar tu rostro antes de dormir es una inversión directa en la salud de tu piel.

Beneficios de incorporar este hábito

Desmaquillarte todas las noches tiene resultados que se notan rápidamente. Vas a sentir una piel más suave, luminosa y libre de imperfecciones. A largo plazo, notarás que los brotes disminuyen, el tono de tu piel se uniforma y los signos de fatiga se reducen. Además, los productos que uses después, como sérums y cremas, van a ser mucho más efectivos al aplicarse sobre una piel limpia.